Lola Zavala, arquitecto de profesión y creadora de arte popular mexicano por convicción, nos comparte un poco acerca de las ideas, trazos e historias que la llevan a inventar un mundo que, según sus propias palabras, está lleno de color, diversidad y alegría.
Lola, eres arquitecta especializada en conservación de monumentos históricos y museos. ¿Cuál es el hilo conductor entre tu profesión y el proyecto “Iyari”?
Pues la verdad nunca había pensado en un hilo conductor entre las dos cosas. Pero ahora que lo mencionas, creo que algo influye la “deformación profesional” en lo que hago de cartonería. Desde pensar cómo va a ser la estructura de una pieza (hablando de las que llevan un esqueleto de alambre interior), hasta cómo se aplican los colores. Si la pieza es simétrica o no. Quizá también ayuda mucho el desarrollo del gusto, del orden o del caos. Y, claro, el tema nocturnidad para crear. Desde que era estudiante de arquitectura me acostumbré a ser ave nocturna.
¿Cuáles son las diferencias que existen entre la cartonería y el papel maché?
¡Me encanta que me hagas esa pregunta! Hablando del tema con mis maestros, uno me contó que rabiaba siempre que le decían: ¡Ah! Papel maché. Y entonces explicaba, por largos minutos, la diferencia. Hasta que un día pensó que era una batalla perdida y decidió no hacer más corajes con el tema. Desde entonces siempre contesta, derrotado, aunque ya sin enojo: Sí, es maché. Nos reímos mucho. A mí me pasa un poco igual. A veces explico la diferencia. Otras veces digo solo que sí, que es maché. Pero la diferencia consiste básicamente en la técnica. En la cartonería se utiliza el papel en trozos, no pulverizado, como si fuera una piel arrugada que va cubriendo la estructura y haciéndose lisita en el proceso, en capas y poco a poco. En el maché el papel se trabaja en forma de pasta, mezclado con el aglutinante, que es generalmente cola. La cartonería se trabaja con engrudo, que es una mezcla hervida de agua y harina, de fabricación totalmente casera.
Háblanos de tus personajes ¿Cómo es el proceso desde que los imaginas hasta que ellos cobran vida?
Pues cada pieza tiene su propio proceso, depende de lo que se trate. A veces, es solo “como lo vaya pidiendo” como decía Bob Ross. Otras es un proceso que implica investigación. Por ejemplo cuando hago homenajes a personajes ilustres, de la música o de la literatura, fallecidos. Para esas piezas busco que la calaca sea lo más parecido al personaje, así que estudio sus movimientos y los detalles que lo identificaban, un bigote, una ropa, el pelo. Como son esqueletos, esos son los detalles que hacen la diferencia.
Entre tus piezas vemos luchadores, alebrijes, máscaras, personajes ilustres de la música... ¿Cuál es el criterio a la hora de crear una pieza? ¿De qué manera influye en ello el ideario popular? ¿Cuál dirías tú que es la huella de México que existe en ellas?
La huella de México inicia desde la técnica de cartonería, que procuro que sea la más tradicional posible. Luego la temática también tiene huellas, aunque se trate de personajes, a veces, alejados de la cultura mexicana. Porque al hacerlos esqueleto se acercan así al homenaje que hacemos en México a nuestros muertos. Por todo ello, lo que hago tiene siempre alguna relación con mis raíces. Los colores, los diseños, las formas, etcétera.
¿Cómo es el mundo fantástico de Iyari?
Es un mundo muy colorido, diverso y quiero pensar que sobretodo es muy alegre.